Ý volví a pasar por el puente de Javier Prado sobre la Av. Brasil el último sábado en la noche y encontré que las cosas no cambiaron en nada desde la vez anterior.
Siempre cerveza y restos de comida, es decir el puente es el equivalente a una de esas cantinitas de mala muerte que abundan en las áreas abandonadas de la ciudad. Cuidado, que a veces un punto malogrado es fuente de ingreso de males mayores, no dejemos que este mal ejemplo se presente a los ojos de nuestros niños y jóvenes, que son quienes mayormente transitan por este lugar.
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